

Mazatlán, Sinaloa, 17 de marzo del 2023.- En un verdadero viacrucis se ha convertido el cobro de la ayuda económica, decretada por ley, que sin duda significa un bálsamo, para la clase social más vulnerable de este país, saqueada por muchos años por la clase política, que se ha enriquecido impunemente, sin que hasta la fecha se vea la posibilidad de castigo alguno, por este hecho.
Es satisfactorio para los gobiernos ver tumultos de gente, recibiendo la ayuda programada por él mismo, en cambio, quien la recibe, debe pagar el precio o el desquite por tal beneficio.
Debería establecerse otro mecanismo u otra forma de pago, pero seguramente la gente no sabe que puede cobrar con su tarjeta en otros bancos que cuentan con cajeros, claro, previo cobro de una comisión, que es una cantidad pequeña, se gasta más en camiones y taxis, y así evitar estas aglomeraciones tan fastidiosas, más para aquellas personas que tienen alguna discapacidad física, pero como dijera alguien por ahí, “nada te embona. Es regalado y lo quieres a domicilio”.
El hecho recuerda aquel chiste de un ciudadano que buscaba a unos trabajadores en la plazuela. Se topa con dos flojazos echados en el pasto, les informa que necesitaba trabajadores, y no encontró respuesta. Viendo eso, les dijo: “le doy tanto al que se levante primero” y respondió el que estaba más cerca del señor: “me lo echa a la bolsa”.
Lo cierto es que sí se debe mejorar el sistema, poniendo a funcionar un mayor número de bancos del Bienestar, porque sí es grande el sacrificio que hacen muchas personas para cobrar el apoyo.
La otra opción es que pueden hacer pagos con su tarjeta en los comercios. Pero para muchos de los beneficiados, la tecnología les ha sido negada y prefieren ir a uno de los dos bancos de Bienesta que hay en Mazatlán y esperar toda la mañana y a veces todo el día, pues dichos bancos no son suficientes para atender a tanto beneficiado.