El Recodo, Sinaloa: nido de güeros ojiazules, de Lizárragas… y de la banda de Don Cruz

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Por Juan Lizárraga Tisnado. NOROESTE-Mazatlán, lunes 24 de mayo de 1982.

Las calles, los caminos y los ríos forman muchos recodos, pero existe un recodo que dio nombre al pueblo que en él se asentó, muy mencionado en Sinaloa y en los lugares que visita una banda regional, de música bravía, que se llama precisamente la Banda del Recodo de Cruz Lizárraga.

Lizárraga y Recodo lo dicen todo de ese pueblo, situado a 45 kilómetros de Mazatlán, pero sépase que no siempre se llamó así este arrinconado cuan pintoresco pueblito, fundado en 1701, según nos platica el profesor Horacio Román… ¡Lizárraga! (Aquí, quien no se apellida Lizárraga Lizárraga, al menos lleva este apellido o por parte de la madre o por parte del padre).

Se llamó el pueblo “El Resquicio”, por voluntad de los misioneros que lo asentaron donde hoy es su panteón. En 1875, el río Presidio les arrojó su acuosa ira y los obligó a cambiar de sitio, ahora todo enlagunado y ambientado por el canto de las ranas, que como las gentes, saltaban espantadas de las mandíbulas amenazantes de los caimanes.

¿Su nuevo nombre? Ni lo pregunte: Cantarrana.

Entre 1811 y 1820 se secaron las lagunas, se fueron los caimanes y las ranas con su canto. El río Presidio, con un brazo, había formado una escuadra, un ángulo hacia el pueblo que aún subsiste y por ello, desde 1822 se llama… El Recodo. Ahí quedó y en 1850 se termina la construcción de la iglesia, la cual se venía abajo y en 1933 fue reconstruida por Atilano Lizárraga (y es mejor no poner los nombres completos, pues si no se apellidaban Lizárraga, por aquel reguero de este apellido que hicieron dos dominicos procedentes del Perú por esta parte de Sinaloa, se apellidaban Bouciéguez o Vergez, por unos franceses que ahí llegaron poniendo ojos azules y piel blanca a la mayoría de los recodeños.

Una mina antigua, sin trabajar ahora, queda como prueba del medio de vida de los habitantes de este pueblo. Hoy, sin que se hayan regularizado su situación agraria, pues legalmente no se ha constituido en ejido, por trámites burocráticos y más que todo por el terror que persistió hacia “Los Dorados” o los conocidos como “Los del monte”, viven de la agricultura.

Se llega a El Recodo en vehículo particular. Si se parte de Mazatlán, se toma la carretera Internacional al sur, por el camino a Cofradía, pues a escasos 16 kilómetros adelante está ubicado.

Más seguro de llegar al destino, sin temor a tomar una ruta equivocada, lo es el camión de pasajeros que va por el camino de El Conchi, pasa por Las Higueras, Miravalles y llega a El Tecomate para pasar por Cofradía y llegar ahí, al Recodo del Presidio. Un baño completo de polvo y molestias algunas horas después de bajar del camión a causa de los brincos por el camino de terracería, le quedarán de este paseo en camión, pero la concesión del servicio por el camino pavimentado pertenece a otra empresa y hay pueblos que requieren del servicio de transporte por esa ruta.

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