- Cárdenas fue perdonado por Rafael Buelna y por Enrique Estrada, dada la condición de masones de los tres.
En el frente occidental formado a raíz de la rebelión de Adolfo de La Huerta, el presidente de la republica general Álvaro Obregón planeaba su estrategia para golpear a los rebeldes que estaban cuartelados en la Ciudad de Ocotlán, Jalisco, según el plan las tropas del gobierno atacarían a los rebeldes por varios frentes, uno de ellos vendría de Nayarit con dos regimientos traídos del rio Mayo, un desembarco de los cargueros México y Bolívar apoyados por el cañonero Progreso para amagar el puerto de Manzanillo, la columna formal de Joaquín Amaro y una cuarta fuerza que tenía que atacarlos por la retaguardia al mando de Lázaro Cárdenas.
Cárdenas tenía a su mando unos 2 000 hombres con los cuales llegar a la sierra de Mazamitla, bordear el lago de Chapala, para llegar a Zacoalco y cortarles la retirada al enemigo, el 13 de diciembre de 1923 desembarco sus tropas en estación Moreno, Michoacán, e inicio su marcha para internarse en la sierra, el general Enrique Estrada jefe de la rebelión en el occidente, al conocer la proximidad de las fuerzas de Cárdenas gracias a sus espías, convoco a una junta de generales en Guadalajara a la que asistieron Manuel M. Diéguez, Salvador Alvarado, Isaías Castro y Rafael Buelna, los jefes se pusieron a discutir cual era la mejor manera de enfrentar la ofensiva de Obregón y para ellos dispusieron que el general Buelna se encargara de la columna de Cárdenas.
Rafael Buelna salió el 19 de diciembre de Guadalajara al mando de una columna que se fue reforzando a lo largo del camino, en Tamazula se le unió el 24° y el 38° regimientos con el coronel Ramón B. Arnaiz, desde ahí se puso en contacto con el general Novoa que con 25 hombres tenía la misión de hostilizar a Cárdenas, en ese contacto Buelna se informa de la ruta que Cárdenas lleva, este aun piensa que es sus movimientos siguen en el sigiloso para caer por detrás al enemigo.
Buelna planeo su ataque de manera en que atraiga a su adversario al lugar donde le es más favorable el campo, a sabiendas de eso Obregón le ordeno a Cárdenas que no atacara a Buelna, pero el michoacano creyendo que sus fuerzas no habían sido descubiertas del todo cayo en la trampa. Para ejecutar la maniobra Buelna destacamento en la vanguardia al general Arnaiz con los 24° y el 38° regimientos, mientras que él en persona al mando del 9° y el 37° más el 24° batallón marchaban en su apoyo.
Cerca de Teocuitatlan le dieron alcance a Cárdenas el 25 de diciembre, éste ordeno que sus tropas tomaran posiciones en un páramo llamado Huejotitlán, ahí se comunicó con el jefe rebelde Estrada quien lo invito a unirse a la rebelión, pero este se negó, terminada la conferencia telegráfica el general Lázaro Cárdenas se puso al frente de sus efectivos para dirigir la acción, la embestida que Buelna realiza contra Cárdenas se sucede desde 2 de la tarde hasta la madrugada del 26 cuando las fuerzas del gobierno se vieron en la necesidad de rendirse por la abrumadora mayoría que tenían las fuerzas rebeldes, según las crónicas.
El saldo final fue de 200 soldados federales muertos, 300 heridos, entre ellos Cárdenas de gravedad, 1500 prisioneros y solo 500 hombres al mando del general Espiridion Rodríguez lograron salvarse al remontarse a la sierra.
Cárdenas fue perdonado por Buelna y por Estrada dada la condición de masones de los tres y enviado a Guadalajara donde salvo la vida gracias a la intervención médica oportuna, la derrota de Cárdenas retraso en gran medida la ofensiva federal sobre los rebeldes teniendo que dejar el frente occidental por un tiempo y concentrarse en los rebeldes de oriente, Obregón al conocer de la derrota del oriundo de Jiquilpan exclamo con furia –dios nos libre de un tarugo con iniciativa-.
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