Juan Carrasco nació el 24 de junio de 1876 en Puerta de Canoas, Mazatlán; murió en los límites de Nayarit con Durango el 8 de noviembre de 1922.

Para 1915, Juan Carrasco había alcanzado el grado de general de brigada en reconocimiento a sus memorables batallas a favor del maderismo y el carrancismo, junto al general Ramón F. Iturbe. Como general surgido de las batallas revolucionarias, fue jefe de varias zonas militares.
En 1919 pidió permiso a la Secretaría de Guerra para retirarse del ejército y aceptar la candidatura al gobierno de Sinaloa. La caída de Carranza, de quien era partidario, le obligó a abandonar sus planes políticos.
Por cuestiones personales se distanció del general Ángel Flores, y abanderó la causa antiobregonista. En El Guamuchilar, en los límites de Nayarit y Durango, el 8 de noviembre 1922, se enfrentó a las fuerzas que lo perseguían, cuando se dirigía a Durango para unir sus fuerzas a las del general Murguía. Se batió cuerpo a cuerpo, pero perdió la vida.

Fue sepultado en el panteón de El Potrero. Su valentía y fama de hombre de a caballo quedan consignadas en el corrido.
Llevan su nombre calles de varias ciudades sinaloenses.
Francisco Muro Rousse dice de Carrasco: «Se cuenta que el ranchero de El Potrero seguía siendo Juan a secas. No le hablaban de otra manera sus subalternos, oficiales y soldados. Se le quiso y se le aplaudió con devoción. Fue una especie de ídolo del pueblo».
Don Martín Luis Guzmán, ilustre escritor de la Revolución, estuvo en Culiacán. Cuenta esta anécdota simpática del general Carrasco: «Viniendo una vez de Guadalajara a México, un oficial de su Estado Mayor le preguntó al general Carrasco, al pasar el tren sobre el puente del río Lerma: “¿Qué río es este, mi general?”, a lo que Carrasco respondió: “Este, hijo, es el Río Grande, lo llaman así porque se le cuenta entre los muy, muy enormes del mundo; según creo yo, solo el Mesesipe le gana”».
Finalmente, los restos del general Juan Carrasco reposan en la Rotonda de los Sinaloenses Ilustres de Culiacán.
FUENTE: Sinaloa: historia y destino, de Herberto Sinagawa Montoya.